TEORIA DE SKINNER
- elizabethplascenci
- 25 nov 2015
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El descubrimiento más importante de Skinner fue el conocido como condicionamiento “operante”. Hasta este descubrimiento, el único tipo de condicionamiento que se conocía era el llamado condicionamiento “clásico”. En dicho condicionamiento se presentaba el estímulo y el sujeto respondía automáticamente, siendo su respuesta una acción reflejada. Ejemplo de esto es la salivación del perro cuando se le ofrece comida, o en caso de los seres humanos el parpadeo y el reflejo de la rodilla. Skinner, viendo la obra de E.L. Thorndick sobre aprendizaje animal centró su interés en la tercera ley del aprendizaje de Thorndick, llamada “ley del efecto”. Esta ley determina que los movimientos correctos del organismo tienden a quedar estampados con la satisfacción del éxito, mientras que se eliminan los incorrectos por la insatisfacción del fracaso. Para comprobar dicho principio, Skinner decidió poner a una rata hambrienta en una caja donde había una palanca en uno de sus extremos, la cual, al ser oprimida soltaba una bolita de comida. La rata comienza con un cierto número de acciones al azar, hasta que por casualidad oprime la palanca y recibe el alimento. Se dice que el comportamiento se fortalece por sus consecuencias, y por esa razón a las mismas consecuencias se les llama “reforzadores”. Así pues, cuando un organismo hambriento exhibe un comportamiento que produce alimento, las consecuencias refuerzan el comportamiento y, por tanto éste tiene mayor probabilidad de volver a ocurrir (Skinner, 1987). Este es el primer paso en el condicionamiento operante. Tras haber sido recompensada una vez, en la siguiente ocasión en que se coloque al animal en la caja, habrá más probabilidad de que oprima la palanca que si fuera la primera vez, porque ahora ya ha asociado dicha acción con la repetición del alimento, y al cabo, siempre que tenga hambre irá directamente a 5 la palanca. Es decir el animal ha sido condicionado por completo. A este condicionamiento se le llama “operante” porque el comportamiento de la rata “opera sobre el ambiente” y de esa manera logra lo que desea. La diferencia está en que en el condicionamiento operante, el comportamiento lo inicia la propia rata, no hay ni un solo estímulo que produzca la respuesta de la rata como en el condicionamiento clásico (Bowen y Hobson, 1984). .
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